Normalmente me acerco con algo más que recelo a los bestsellers. La literatura de consumo tiende demasiado a menudo a descuidar la forma y el fondo a cambio de la generación rápida de noveluchas que enganchen a esa masa que denominan lectores ocasionales. A pesar de ello decidí leer el primer volumen de la saga Millennium principalmente por el hecho de que sucedía en Suecia, un país con el que tengo algo de relación personal, y porque el cartel de la película me resultaba enigmático. A continuación les hablaré tanto de la primera novela de la saga como de la película que la adapta.
En primer lugar un pequeño comentario sobre el título: ¿ Por qué se empeñan en cambiar innecesariamente el título original en las traducciones de algunas novelas o películas? Me explicaré. El título original de la novela es Män som hatar kvinnor ("hombres que odian a las mujeres") pero en castellano decidieron que odiar era muy brusco y la tradujeron por "Los hombres que no amaban a las mujeres". Es cierto que es un cambio sutil pero existe diferencia y, es más, es completamente innecesario. En los otros dos volumenes el cambio es más pronunciado: de Flickan som lekte med elden ("La chica que jugaba con fuego") a "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina" y de Luftslottet som sprängdes ("El castillo en el aire que se desvaneció") a "La reina del palacio de las corrientes de aire". Lo dicho innecesario, confuso, pedante, cateto y estúpido.
Si nos centramos en el libro en sí, nos encontramos que lo que Steig Larsson hizo antes de morir fue una interesante trama policiaca, que tiene todas las características del género que ya definió completamente Agata Christie hace más de 70 años, aderezada con algo de contenido político y social. Y aunque la trama funciona muy bien (enganchando al lector) y tiene algunos recursos que resultan en cierto sentido originales provoca una continua sensación de Dejà vu, de que eso ya lo has leído en otros lugares, de que sabemos quién lo ha hecho. Por otro lado el contenido lateral a la trama, todo el reflejo del pensamiento pseudo-comunista de Larsson, resulta en cierto sentido excesivo y pretencioso, sobre todo al final cuando parece que el protagonista salva la economía mundial, con su particular lucha contra un tiburón financiero. A pesar de ello, en muchos momentos constituye un acertado dedo en la llaga en el corazón de la autocomplaciente sociedad sueca.
Lo que hace a esta novela diferente es el personaje de Lisbeth Salander. Es un personaje interesante, desequilibrado, egoista y oscuro, pero de una extraña bondad y atractivo. Una chica de aspecto gótico-ciberpunk con síntomas de Asperger (¡cuantas veces a aparecido en la literatura este síndrome últimamente! ¿no creen?) y con unas excepcionales capacidades. Sin duda es la sal de la novela y supongo que será el centro radical de las otras dos. El problema es que a mi en ningún momento me llega a fascinar, ni a enamorar, ni a aterrar; y lo que es peor el resto de personajes son completamente impersonales. El otro protagonista Mikael Blomkvist esta tan inspirado por el mismo autor que su voz no se distingue del narrador, y en el caso del resto de los personajes (algunos de ellos malvados o torturados seres humanos) no se distingue en su voz una personalidad que les diferencie, son planos y monótonos a pesar de que Larsson trate infructuosamente de construirles biografías complejas.
En conclusión lo que le falta a la novela para tener el rango que algunos ya le dan es poética. Al autor, que es mucho más periodista que novelista, le falta habilidad literaria; no manejar sentimientos y pensamientos con tanta frialdad, con ese estilo y ese lenguaje propio de las páginas salmon que tanto critica para dal algo de colorido a esta buena idea suya.
En cuanto a la película se trata de una correcta adaptación. El casting parece adecuado y las actuaciones ( las he visto dobladas) parecen estar a un nivel correcto. Técnicamente no presenta un mayor reto para ningún director y Niels Arden Oplev ( un desconocido al menos por aquí) ejerce de obrero eficiente. En cuanto a la adaptación del argumento, el guionista adapta en lo básico pero no es capaz de transmitir todas las ideas que Larsson pretende exponer acerca del desmoronamiento del Swedish welfare. Por lo tanto sólo recomiendo la película a fans de la novela y si tengo que elegir entre ambas, como casi siempre, me quedo con la novela.
En primer lugar un pequeño comentario sobre el título: ¿ Por qué se empeñan en cambiar innecesariamente el título original en las traducciones de algunas novelas o películas? Me explicaré. El título original de la novela es Män som hatar kvinnor ("hombres que odian a las mujeres") pero en castellano decidieron que odiar era muy brusco y la tradujeron por "Los hombres que no amaban a las mujeres". Es cierto que es un cambio sutil pero existe diferencia y, es más, es completamente innecesario. En los otros dos volumenes el cambio es más pronunciado: de Flickan som lekte med elden ("La chica que jugaba con fuego") a "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina" y de Luftslottet som sprängdes ("El castillo en el aire que se desvaneció") a "La reina del palacio de las corrientes de aire". Lo dicho innecesario, confuso, pedante, cateto y estúpido.
Si nos centramos en el libro en sí, nos encontramos que lo que Steig Larsson hizo antes de morir fue una interesante trama policiaca, que tiene todas las características del género que ya definió completamente Agata Christie hace más de 70 años, aderezada con algo de contenido político y social. Y aunque la trama funciona muy bien (enganchando al lector) y tiene algunos recursos que resultan en cierto sentido originales provoca una continua sensación de Dejà vu, de que eso ya lo has leído en otros lugares, de que sabemos quién lo ha hecho. Por otro lado el contenido lateral a la trama, todo el reflejo del pensamiento pseudo-comunista de Larsson, resulta en cierto sentido excesivo y pretencioso, sobre todo al final cuando parece que el protagonista salva la economía mundial, con su particular lucha contra un tiburón financiero. A pesar de ello, en muchos momentos constituye un acertado dedo en la llaga en el corazón de la autocomplaciente sociedad sueca.
Lo que hace a esta novela diferente es el personaje de Lisbeth Salander. Es un personaje interesante, desequilibrado, egoista y oscuro, pero de una extraña bondad y atractivo. Una chica de aspecto gótico-ciberpunk con síntomas de Asperger (¡cuantas veces a aparecido en la literatura este síndrome últimamente! ¿no creen?) y con unas excepcionales capacidades. Sin duda es la sal de la novela y supongo que será el centro radical de las otras dos. El problema es que a mi en ningún momento me llega a fascinar, ni a enamorar, ni a aterrar; y lo que es peor el resto de personajes son completamente impersonales. El otro protagonista Mikael Blomkvist esta tan inspirado por el mismo autor que su voz no se distingue del narrador, y en el caso del resto de los personajes (algunos de ellos malvados o torturados seres humanos) no se distingue en su voz una personalidad que les diferencie, son planos y monótonos a pesar de que Larsson trate infructuosamente de construirles biografías complejas.
En conclusión lo que le falta a la novela para tener el rango que algunos ya le dan es poética. Al autor, que es mucho más periodista que novelista, le falta habilidad literaria; no manejar sentimientos y pensamientos con tanta frialdad, con ese estilo y ese lenguaje propio de las páginas salmon que tanto critica para dal algo de colorido a esta buena idea suya.
En cuanto a la película se trata de una correcta adaptación. El casting parece adecuado y las actuaciones ( las he visto dobladas) parecen estar a un nivel correcto. Técnicamente no presenta un mayor reto para ningún director y Niels Arden Oplev ( un desconocido al menos por aquí) ejerce de obrero eficiente. En cuanto a la adaptación del argumento, el guionista adapta en lo básico pero no es capaz de transmitir todas las ideas que Larsson pretende exponer acerca del desmoronamiento del Swedish welfare. Por lo tanto sólo recomiendo la película a fans de la novela y si tengo que elegir entre ambas, como casi siempre, me quedo con la novela.
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