martes, 23 de agosto de 2011

El elenco artístico de Medianoche en París (2º Parte)

Continuamos el recorrido por los personajes artísticos e históricos que aparecen en Midnight in Paris. En esta segunda parte aparecerán algunos curiosos personajes que resultarán más reconocibles al lector español.

  • Pablo Picasso (Marcial Di Fonzo Bo). Poco que decir de Picasso. Simplemente recalcar que el Pablo Picasso que aparece en la película es un joven recién llegado a París y que empieza a hacerse notar y a formarse como el gran artista que llegará a ser.

  • Juan Belmonte (Daniel Lundh). Aunque en algunos ámbitos no duden en denominar al toreo como un arte, a mi me cuesta ponerle ese apelativo. En todo caso Juan Belmonte fue un torero de gran prestigio en la época y reconocido como un renovador de su oficio además de ser un gran amigo de muchos personajes de la cultura, cambiando la imagen existente de los matadores de toros.


  • Los surrealistas: Dali, Man Ray y Buñuel (Adrien Brody, Tom Cordier y Adrien de Van). Probablemente una de las escenas más recordadas sea cuando estos tres peculiares personajes (especialmente el gerundense Salvador Dali) aparecen al protagonista en un café. Tanto el pintor (entre otras mil cosas - ver) Dali como el cineasta Luis Buñuel son muy conocidos para el público, pero quizás Man Ray, fotografo, cinematógrafo e impulsor en general de diversos movimientos vanguardistas; sea más desconocido.

  • Los impresionistas: Toulouse-Lautrec, Degas y Gauguin (Vincent Menjou Cortes, François Rostain y Olivier Rabourdin). Por último en otro salto temporal que sufren los protagonistas, se encuentran con todo un elenco de pintores impresionistas y post-impresionistas, entre los que podemos destacar a estos tres, todos ellos bien conocidos. Es curioso pensar que todos estos artistas de cuyas obras se venden hoy en día carteles y replicas a miles murieran en soledad y pobreza.

Esos son a grandes rasgos los personajes artísticos que aparecen en la grandiosa película Midnight in Paris. Dueños de una vida deseable para el protagonista aunque fuera trágica y cruel con la mayoría de ellos. Quizás ese sea el mensaje de la película, deseamos lo que no podemos alcanzar simplemente por ser inalcanzable.

martes, 28 de junio de 2011

El elenco artístico de Medianoche en París (1º Parte)

En la recientemente estrenada película de Woody Allen, Medianoche en París (Midnight in Paris, 2011) se le aparecen al protagonista una gran cantidad de artistas: escritores, pintores, músicos, escritores y cineastas. Alguno de los cuales son muy conocidos pero otros para el espectador español medio pueden ser completamente desconocidos. Por ello, a continuación trataremos de explicar brevemente quienes son todos estos personajes que pueblan esta gran película.

  • Cole Porter (Yves Heck). Fue un compositor y letrista norteamericano conocido entre otras muchas canciones por Night and Day o I've got you under my skin. Abiertamente homosexual aunque casado con una mujer, Linda, 8 años mayor que él. Sus extravagantes fiestas en su palacio de París fueron tremendamente conocidas.

  • F. Scott y Zelda Fitzgerald (Tom Hiddleston y Alisson Pill). F.Scott Fitzgerald es junto con Hemingway probablemente el escritor más importante de la llamada "Generación perdida" de escritores americanos. Su obra más conocida "El Gran Gatsby" resume su visión del mundo y de su clase social. Su esposa Zelda Sayre, inspiradora de muchos de los personajes de su marido y también novelista de éxito, sufría esquizofrenia y acabó muriendo a los 47 años en un incendio en el hospital psiquiátrico en el que estaba internada. La princesa Zelda de los juegos de Nintendo "Legend of Zelda" está nombrada en su honor.

  • Ernest Hemingway (Corey Stoll). Uno de los protagonistas de la película principalmente por su interesante personalidad. Probablemente sea el escritor estadounidense más importante y conocido del siglo XX. Famoso entre otras obras por esa grandiosa novela basada en la Guerra Civil Española titulada "Por quien doblan las campanas". Se suicidó de un disparo de escopeta a los 62 años.

  • Gertrude Stein (Kathy Bates). Esta poetisa y escritora estadounidense es probablemente más desconocida para el público, pero era un figura importante en el París de la avant-garde no tanto por su obra como por su mecenazgo de artistas como Matisse o Picasso. Se puede decir que su casa se convirtió en el centro cultural del centro cultural del mundo.

  • T. S. Eliot (David Lowe). Si Hemmingway es el novelista americano, Thomas Stearns Eliot es probablemente el poeta estadounidense más importante del siglo XX. De numerosas influencias, podría perfectamente haber pertenecido a la generación del 28 de haber nacido en España.
  • Henri Matisse (Yves-Antonio Spoto). Dejamos la literatura para centrarnos en la pintura. Y en este campo Matisse es el pintor más representativo del fovismo, un estilo expresionista con ciertos puntos en común con el expresionismo aleman. En la película se le ve como asiduo de casa de Gertrude Stein junto a Picasso, otro de los grandes genios de la pintura del siglo pasado con él que continuaremos este recorrido del elenco artístico de Midnight in Paris en una próxima entrada.

Funny Games: Juegos con los que te partes



Cuando Michael Haneke rodó su primera versión de Funny Games a mediados de los 90 (1997) muchas películas de éxito tenían una alta carga de violencia. Por ejemplo ese año teníamos películas como L.A. Confidential, Starship Troopers o Con Air; el año anterior Fargo; unos años antes Pulp Fiction, etcétera. Independientemente de la calidad de estas películas, en muchas de ellas el entretenimiento surge de la misma violencia (explicita o implicita) que contienen.

En este contexto el director austriaco nos presenta una reflexión dura, extrema y probablemente sádica sobre la violencia como entretenimiento. Antes de decir nada y por si no la habeis visto os dejo el primer minuto de la película:




La situación de tranquilidad de esta familia de vacaciones pronto será rota por un violencia repentina, brusca y caótica, como la música Hardcore que irrumpe en medio de la música sinfónica o esas letras rojas burdamente superpuestas en la imagen. Los sádicos "juegos" de dos niños pijos aburridos desembocarán en un auténtico infierno y en una de las narraciones más repulsivas de la historia del cine.

Las dos principales armas de Haneke para atacar nuestra conciencia son:

  • La violencia fuera de cámara, la mayoría de las escenas más duras no se ven directamente y esto resulta más impactante que la casquería barata de otras películas.
  • Los sádicos protagonistas "rompen la cuarta pared", dirigiendose directamente a los espectadores, en varias ocasiones normalmente para recordarles que es todo ficción.
Y esta última técnica es la que de verdad hace novedosa y diferente a esta película y la que le hace funcionar tan bien. Cada vez que Paul (Arno Frisch) se dirige directamente a la cámara hace de alguna forma participe al público en su juego psicótico, lo siente todo más real. Y cuando acaba no puedes quitarte de la mente lo que has visto y lo que no has visto por mucho que sepas que es ficción haciendo que te plantees tu malsano gusto por la violencia y también el del mismo Haneke, que a pesar de que su crítica es clara no podemos dejar de pensar que es necesario un buen nivel de sadismo para hacer algo como esto.

En definitiva una película para plantearse el entretenimiento actual e incluso la atracción humana por la violencia con una película dura, extrema y que probablemente os haga sufrir más que pensar. En todo caso hay que verla.

P.D. - Existe otra versión de la película, rodada en USA por el mismo Haneke en 2007 que según dicen es idéntica plano a plano a la versión de 1997, pero no la he visto.

domingo, 30 de enero de 2011

El que más: Principal muro de carga

Con un ritmo de actualización mucho más lento de lo que esperaba os presento la segunda entrega de "Los pilares del Heavy Metal en España" en la que trato de resumir la evolución del Heavy Rock hispano desde sus comienzos hasta la actualidad. Si en la primera entrega os hablé del Volumen Brutal definiendolo como pilar central del movimiento, hoy vamos a analizar una de las obras principales de la que probablemente sea la segunda banda, después de los Barón, más influyente del Heavy en español. Obús, y su tercer disco Él que más.


  • Antecedentes
Ya conocimos en la anterior entrada el contexto histórico-político de España a principios de los 80. Básicamente situación de crisis y paro (les suena). En 1982 el P.S.O.E. gana las elecciones generales poniendo fin a la transición y enseguida empezó a "traicionar" a parte de sus electores con la entrada en la O.T.A.N. ("O.T.A.N. en principio NO"). Así que 1983, cuando Obus lanza El que más el contexto era similar a 1981, simplemente la transición había acabado, el 23-F había pasado y todo seguía adelante.


En cuanto a la banda. Obus había nacido a principio de 1980 fundada por Juan Luis Serrano y Francisco Laguna, bajista y guitarrista respectivamente, y evolucionó con la incorporación de Manolo Caño y posteriormente Fernando Sanchez hasta que en Abril de 1981 entró Fortunato (Fortu) Sanchez como vocalista. Ese mismo año ganaron el trofeo "Villa de Madrid", trofeo que llegó a tener un gran prestigio en los 80 y que lanzaba al estrellato a la banda que lo ganara.El sonido de Obus es más metalero que el de Barón. Con una imagen más potente y más dura (claramente inspirada en Judas Priest) y una música más directa. Las letras además resultan mucho menos elaboradas que las de Barón Rojo, tratando principalmente de drogas, sexo y Rock and Roll y en gran medida del retrato social de su barrio: Vallecas.

Por lo que Obus destaca pronto es por su poderoso y espectacular directo (que siendo sinceros aún, 30 años después, conservan) llegando a llenar estadios y pabellones en la gira de su primer disco, Preparaté (1981). Posteriormente lanzaron Poderoso como el trueno (1982), producido (al igual que el anterior) por Tino Casal. A pesar del enorme éxito de estos dos primeros álbumes, Obus llegaron a estar en el número 1 de los 40 principales en 1981, algo impensable para una banda de Heavy Metal (tanto antes como ahora), su consagración definitiva llegó con su tercer álbum El que más.

  • El disco

En 1984, siendo Obus el autentico referente en la escena metalera nacional (hay que tener en cuenta que el estilo de Barón Rojo estaba más cercano al Hard/Heavy Rock y ellos mismos eran reticentes a llamarse heavies), graban el dísco "El que más" en los estudios Mediterraneo de Ibiza con la ayuda del productor estadounidense Mark Dodson, productor de Judas Priest, con el objeto de conseguir un sonido más potente que les pusiera a la altura de bandas como Iron Maiden o los mismos Judas. La formación de Obus sería la misma de los dos primeros discos y que conservarían hasta 2004:

Fortunato Sanchez - Vocalista.
Francisco Laguna - Guitarrista.
Juan Luis Serrano - Bajista.
Fernando Sanchez - Bateria.

Si bien es cierto que el disco no es tan influyente como el Volumen Brutal de Barón Rojo, no es menos cierto que está repleto de un buen número de temas de calidad y constituye probablemente el ejemplo más claro de Heavy Metal de calidad hecho en nuestro país en la década de los 80 y por lo tanto sirvió de camino a seguir para la muchas bandas que aparecieron durante esa época y muy posteriormente. Analizémoslo tema a tema.
  • Tema a Tema

El disco comienza con un tema lento y pesado Viviré, al más puro estilo Obus. Un riff de guitarra sencillo y un estribillo casi pobre. La letra es de denuncia social, el protagonista es un hombre exitoso pero que no considera que esté viviendo su vida, a pesar de las envidias de los demás que no están en su situación "privilegiada". En comparación resulta más bien mediocre.

El siguiente corte rompe con el ritmo anterior y tenemos Deprisa, deprisa que obviamente es mucho más rápida. De ritmo cabalgante pegadizo y energizante y con unas guitarras mucho más elaboradas, teniendo un solo de bastante calidad. La letra habla de las prisas de la gran ciudad, de la vida acelerada que llevamos para al final no llegar a tiempo.

Cuando llegas al tercer tema tienes la sensación de que lo que has oído hasta entonces sólo estaba ahí para calentar. Vamos muy bien es probablemente la canción más tarareada de Obus. Sencilla, directa, alegre: canción de bar. La letra habla de salir, pasarselo bien y emborracharse y de los efectos de estos divertimentos, de una forma desenfadada. Con un estribillo potentísimo introducido magistralmente resulta una canción excelente para esbozar una sonrisa en momentos bajos o pasarselo bien en momentos altos. Es curioso que siendo, en mi opinión, mucho mejor que la canción de temática similar de Ramoncín, Hormigón, mujeres y alcohol, ésta sea bastante menos recordada.

La cuarta Canción es otro de los himnos de Obus : Autopista. La canción empieza con un par de versos a capella de Fortu, sobre el ruido de un motor arrancando. Probablemente sea la canción más completa, con melodías trabajadas y pegadizas y un estribillo potente. La letra habla de otro de los temas preferidos de Obus, la velocidad. Además el tono seductor de la letra le da a Fortu la posibilidad de deleitarnos en los conciertos con sus aspamientos y comentarios "sensuales". Sin duda una canción por y para el directo.

La siguiente canción es F.M. que siendo sincero no me deja poso después de escucharla. Una canción instrumental del montón. Quizás en ella se nota que a Obus le falta un poco de calidad técnica para este tipo de temas que suplen con su inmejorable actitud. En todo caso no es que el tema desentone, sirve de más que correcta introducción al siguiente tema.

El que más, tema que da nombre al disco y viene a ser una canción dedicada a esos quinquis que tenían tanta visibilidad en la sociedad española de la época. En cuanto a lo musical tiene un ritmo similar a Deprisa, Deprisa aunque más depurada. La batería marca un ritmo endiablado toda la canción transmitiendo la sensación de huida que se relaja en el estribillo en el que se nos relatan las bondades de "el que más". Hay que destacar que aunque he comentado al principio que Obus centraba la temática de sus canciones en la representación de su barrio esta es de la primeras canciones del disco donde esto se ve de manera clara, siendo el resto de las canciones sorprendentemente intemporales.

La siguiente canción se titula La Raya y es una suerte de homenaje cómico a la cocaína que yo no comprendo. La verdad es que más haya de la letra absurda tampoco me resulta una canción interesante en lo musical, si alguien discrepa soy todo oidos.

La siguiente canción Alguien fue compuesta por el guitarrista de los Iron Maiden Adrian Smith. Es ciertamente una canción que tiene mucho más que ver con Obus que con estos últimos, por eso probablemente se la regalara a los Obus. Es una canción que habla de ocultarte de alguien que te acecha en clave de puro hard rock. Funciona bien.

La siguiente canción Da igual toca el tercero de los temas preferidos de obus: Velocidad, Drogas y Sexo. En esta canción graciosa y de ritmo divertido, Fortu expresa su necesidad de pillar con la tia que sea aunque sea un callo. La letra tiene momentos bastante graciosos. Parecida a sus otras canciones que hacen referencia al sexo como Yo solo lo hago en mi moto o Dame Amor.

La última canción del disco es Juego Sucio, que es una canción bastante cañera, rápida y potente. Su letra tiene mala leche y probablemente constituye una crítica a alguien que no tengo localizado. También es una canción que funciona muy bien en el directo debido a lo bien que consigue la integración del publico: todos conocemos a alguien así. En cierta manera me recuerda a Death on two legs de Queen con las obvias diferencias estilísticas de las dos bandas.



Este disco cerró la trilogía de máximo éxito de Obus, que lograrían mantener a duras penas con sus siguientes discos. En los 90 aparcarían el grupo para volver a principio del nuevo milenio con el asentamiento de las bandas de la nueva ola, pero eso es otra historia.

La próxima entrega cambiamos de registro. Ya tenemos montada la estructura, ahora vamos a hablar de algunos de los grupos que hacen que el rock de este país sea diferente. Hablaremos de Ñu (el único grupo del mundo con Ñ en su nombre).


miércoles, 5 de enero de 2011

Balada Triste de Trompeta: Un mal chiste sobre España


La última película de Alex de la Iglesia es un espectáculo grotesco, caótico, grandioso y complejo en el que en poco más de hora y cuarenta minutos se mezcla el peculiar mundo del director bilbaino con la historia reciente de España.

Es dificil describir el argumento del film en pocas palabras. La historia gira en torno a la figura de Javier (Carlos Areces) payaso de tercera generación durante los años 70. Los terribles sucesos de su niñez, muy relacionados con la dura y absurda historia de este país le marcan de manera brutal impiendole siquiera plantearse un atisbo de felicidad. En estas circunstancias conocerá a la trapecista Natalia (Carlonia Bang) que no hará sino precipitarle definitivamente a un violento triángulo (que cierra Antonio San Juan en el papel del otro payaso, Sergio) de violencia y autodestrucción.


Todo el mundo dice que ésta es la película más personal de de la Iglesia. Eso es poco decir. En "Balada Triste de Trompeta", Alex hace lo que le da la gana, no se corta lo más mínimo en las imágenes que plantea al espectador, creando un mundo que por un lado es fantasioso y terrorífico pero que por otro lado parece reflejar la absurda historia de este país con una lucidez aplastante.

La película funciona bastante bien más allá de la potencia de las imágenes, el ritmo es muy bueno y la historia resulta coherente; aunque es cierto que existe un tramo de la película, entre el suceso central del film que detona la caída en picado de los protagonistas ( en el caso de Areces simbolizada por varios minutos de metraje "en bolas" por el bosque) y la increíble escena del Valle de los caídos en el que da la sensación de que Alex (como guionista) se pierde un poco. En dicho tramo Aparecen algunos de los momentos más divertidos del film pero no aparecen conexos, no parecen aportar gran cosa al relato, son escenas sueltas, potentes, pero fuera de la historia. Dicen los entendidos que es debido a la ausencia del que hasta ahora había sido mano derecha de de la Iglesia: su co-guionista Jorge Guerricaechevarria.

En todo caso la película es una caída en picado a la locura, en un entorno de tintes expresionistas que representan una visión grotescamente lúcida de España. Existen dos momentos en la película que para mí reflejan esta lucidez de manera muy clara (no leáis los siguientes dos parrafos si no la habeis visto).


El primero es en la escena inicial en la que el ejercito republicano recluta a los dos payasos (Segura y Fofito) para luchar contra los rebeldes. En esta escena un imponente Fernando Guillén Cuervo hace el papel de un capitán miliciano que decide dar un machete al payaso tonto, Santiago Segura (que está vestido con un vestido rosa) para que masacre y "acojone" al ejercito rival. Ver a Segura con ricitos de oro y vestido destrozando a jóvenes uniformados con un machete no deja de ser una imagen muy representativa de lo que se vivió en este país hace 70 años.

La segunda escena es más bien una linea de dialogo. Areces ya con la locura en todo su esplendor está a punto de destrozar la cara de un escopetazo a un viandante cuando junto a ellos pasa el coche del Almirante Carrero Blanco que en ese momento salta por los aires en la imagen más importante de la historia de España en la segunda mitad del siglo XX. En ese momento el demente payaso se acerca al coche en el que los terroristas de E.T.A. comprueban su obra y les espeta: "Y vosotros, ¿de que circo sois?". Alucinante.

Párrafos atrás he denominado como increíble el clímax final en el valle de los caídos. Me parece una pena, que dado lo arriesgado de la película, el exceso que rezuma toda ella, mucha gente no pueda disfrutar de esta escena (claro homenaje a Hitchcock) que probablemente constituya un hito en el cine patrio. Pero estoy convencido que llegado a este punto del film, o estás asqueado completamente o entusiasmado. Lo dicho una pena.


En cuanto a los actores están todos magníficos. Uno echa de menos que los secundarios (la trouppe que forma el circo especialmente) tengan algo más de peso cómico en la historia. En cuanto a los protagonistas. Carolina Bang ( ¡Que no enseña las tetas! ) es absolutamente sensual y erótica. Antonio San Juan da escalofríos desde antes de aparecer en la pantalla, pero el que gana es Carlos Areces haciendo del payaso triste. No hace "ni puta gracia" en toda la película. En un papel humillante, duro, difícil, dramático este cómico se luce y es capaz de borrar del inconsciente del espectador su vis cómica.

Técnicamente es muy solvente, con una muy cuidada fotografía que es imprescindible para el ambiente expresionista que desprende el film. Me gustan especialmente como están tratadas las escenas a plena luz del día, los tonos, las texturas. Y la escena del elefante bajo la lluvia. Otro elemento imprescindible es la banda sonora, particularmente bien elegida, en la que en la parte final está omnipresente la canción de Raphael del mismo título.

Conclusión. Grandiosa y excesiva película, un chiste sin gracia, una tragicomedia de/en España pero sólo la recomiendo a aquellos a los que les guste Alex de la Iglesia. Al resto supongo que les asqueará.